viernes, 13 de noviembre de 2015

COMO WEB ESCRIBIR PARA LA WEB

COMO WEB ESCRIBIR PARA LA WEB

Por: Gloria Osorio

La forma de comunicarnos ha  evolucionado significativamente  a lo largo del último siglo, la llegada del internet ha planteado una nueva manera para  lograr que la información llegue cada vez a más lugares y a una mayor cantidad de  público.
La web es una ventana global que permite que productos servicios y noticias en general estén al alcance de millones de usuarios, pero captar su atención resulta más complejo  de lo que parece .Escribir para la web no es ordenar una cantidad determinada de palabras de manera coherente, es tratar de atrapar al lector en una fracción de segundo a partir de la primera impresión que se lleve del texto propuesto, y para ello existen ciertas pautas a tenerse en cuenta que permiten lograr mejores resultados.
El objetivo de la comunicación en Internet es ofrecer la máxima información con las mínimas palabras. Por ello, se ha de escribir con un lenguaje actual, cercano a las personas a las que va dirigido, que exprese con claridad las ideas y las mantenga atentas a la pantalla (U. de Almería, 2004).
En la web no son funcionales los textos largos hechos de manera lineal que demandan una gran inversión de tiempo por parte del lector (a menos que de manera particular el tema sea de gran interés para él o se trate de libros digitales o artículos de revistas o publicaciones seriadas); los textos deben ser cortos, concisos y a diferencia de lo que ocurre en los medios impresos, en el título y la entrada  también conocida como “lead”, debe encontrarse la información más significativa para el lector con las palabras claves que llamen inmediatamente su atención, complementando las ideas sin repetir términos. Entre las claves sugeridas por algunos autores se encuentran:
     El uso de la pirámide invertida, estructura que permite priorizar la importancia de la información presentada iniciando con lo más relevante y finalizando con la información que el lector consideraría menos significativa, en ella el “lead” debe robarse  toda la atención y en pocos renglones y palabras debe explicar el quién o qué, cuyo orden puede variar,  dónde, cuándo, cómo y por qué.
Esta pirámide invertida en su forma básica puede trabajarse en una sola página y la totalidad del texto se podría observar solo con desplazar el cursor, pero existen otras formas de emplearla con algunas modificaciones, por ejemplo, puede aparecer un documento jerarquizado  con una exposición principal en un primer párrafo que induce hacia una seria de subtemas con una importancia significativa, pero que pueden ser desplegados por el lector en el orden que desee según sus intereses particulares, en esta variación de la pirámide, el autor o editor del documento establece un orden para los subtemas en el que se supone deberían ser desplegados, pero siempre es  el usuario quien tiene la última palabra y la posibilidad de revisarlos todos en el orden sugerido, en uno aleatorio o simplemente de revisar solo algunos contenidos; y una tercera forma de utilización de la pirámide invertida en la que existe de igual manera un arranque del tema expuesto en la página central en el cual el lector debe hallar la idea central de la publicación y enlaces a otras páginas web en las que se desarrollan subtemas relacionados expuestos también a través de otras pirámides invertidas que pueden o no tener la misma extensión comparados entre ellos.
     Aunque los criterios de la longitud exacta en términos de caracteres para los escritos web no ha sido unificada por los autores que han profundizado el tema, si coinciden en que deben ser breves atendiendo a razones como el hecho que la pantalla de los computadores cansa la vista y la inmediatez que se busca en la información a la que se accede, respecto a esta situación Franco (2008), citando a Nielsen indica que un texto se considera corto cuando su extensión no supera las 600 palabras asumiendo que se puede leer en 3 minutos (200 palabras por minuto).
     La estratificación de la información por su parte, ofrece la posibilidad de enlazar contenidos que a pesar de ser relevantes extenderían mucho el texto si son tomados en cuenta para la construcción del conjunto inicial de información que ha de ofrecerse y los cuales pueden ser consultados solo en caso que el lector así lo quiera, dirigiéndose  a otras páginas web bajo la modalidad del “hipertexto”.
     Se resalta la importancia de escoger el titulo apropiado para los artículos, tratando que la información no se repita en el antetítulo, si lo hay, y conectándolo con el “lead” sin reutilizar la misma terminología, aspecto que diferencia a las publicaciones impresas, especialmente los periódicos (en estos la información central es repetida a lo largo de los diferentes segmentos que componen la introducción), de las publicaciones web. En este aspecto se menciona la posibilidad de recurrir a la voz pasiva (no muy utilizada en español) para dar una connotación más llamativa a los títulos, evitando el uso frecuente de artículos y adverbios. Deben seleccionarse las palabras más importantes y que generen mayor interés; en ocasiones resulta más atractivo el qué y el cómo, comparados con el quién y el cuándo. Como lo refiere El-Awady (s/f), se debe considerar que al escribir para Internet, hay que condimentar la redacción con hipervínculos, recursos adicionales y gráficos, pues se escribe  para exploradores, no para lectores concentrados.
     En el caso de las columnas de opinión, las crónicas o los editoriales de periódicos, entre otros documentos que no permiten ser reescritos para ajustarse a los parámetros del contenido web, se recomienda presentarlos a través de un título y un “lead” que sean significativo y posteriormente exponer su contenido.
     De manera particular se indica como regla de oro evitar el lenguaje metafórico que confunde tanto a los usuarios como a los motores de búsqueda.
     La ubicación de las palabras claves dentro del contenido de un artículo o texto son las que garantizan que se realice su lectura o en su defecto que el usuario le dé un vistazo de principio a fin, debido a que estos tienen la tendencia a simplemente ver una parte de los titulares y realizar una revisión no convencional de los contenidos describiendo patrones en F, E y L invertida, a través de los cuales tratan de obtener la suficiente información.
     Por su parte las frases, en concordancia con el contenido de los textos deben ser cortas (a menos que ese este describiendo algo largo) evitando el uso excesivo de los signos de puntuación ya que pueden representar un factor de confusión para el usuario, pero en contraste se recomienda el uso de los dos puntos para el ingreso de citas textuales y una presentación del tema a tratar, entre otros casos, así como la revisión de las indicaciones concretas cuando se usan siglas, acrónimos, abreviaturas y números para evitar que dañen la estructura e intención del texto expuesto.
Para finalizar, citando a Müller y Bergareche (2012), cabe resaltar que: “Cada plataforma, ya sea Facebook, Twitter, Google+, los blogs, los chats, los foros o los medios digitales, tiene sus particularidades, reglas y características y con ellas hay que actuar, conjugando la corrección y la creatividad con el sentido común para sacar su mejor provecho”.

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